El Museo Javier Prado; un lugar lleno de historia, fantasía y está abierto para educar a todos.
Foto: Andrés Cabrera
La gran fuente de nuestra existencia es la naturaleza, por motivos económicos a veces no se puede viajar a todos los lugares que uno desearía, y existen lugares tan maravillosos que la naturaleza nos brinda y que no deberíamos de dejar de observarlos personalmente.
Para los apasionados de este tema en la ciudad de Lima podemos encontrar un lugar donde disfrutar de la gran diversidad natural que posee el Perú; este recinto es denominado Museo “Javier Prado”; más conocido por todos como el Museo de Historia Natural de la Universidad Mayor de San Marcos (UNMSM).
Tuve el gran privilegio de visitar este complejo donde he descubierto variedad de animales y plantas que no sabía que existían en nuestro territorio nacional. Esto fue posible gracias a los estudios realizados por el principal promotor, quien motivo la creación de este recinto: el Dr. Carlos Rospigliosi Vilgil Catedrático de Zoología de la Facultad de Ciencias de la UNMSM.
Al llegar a este museo, percibí la curiosidad y el entusiasmo de un grupo de colegiales que se encontraban llevando a cabo una visita guiada; al verlos fui contagiándome de su entusiasmo. En la entrada pude apreciar unos dioramas que muestran diversas especies disecadas en su hábitat natural de las regiones costa, sierra y selva peruana.
Al dirigirme detrás del diorama pude apreciar unas escalinatas de mármol que me llevaron al sótano del museo; era un lugar semioscuro que me genero curiosidad. Aquí se encuentra la sala de Botánica, βοτάνη en griego, en donde me explicaron sobre la vegetación a través de una célula vegetal ampliada un millón de veces. Siguiendo con el recorrido quede muy asombrado con la colección de invertebrados artrópodos: insectos, crustáceos, corales, equinodermos, moluscos y parásitos.
De regreso al primer piso hacia la mano izquierda de los dioramas iniciales, se encontraba algo que desde pequeño me llamaba mucho la atención; vi una cola larga que salía por la puerta como invitándome a entrar en ese ambiente. Por un instante hice una retrospectiva de mi niñez y lo que solo había podido contemplar a través de un libro y que ese día lo pude apreciar en su magnitud real.
Foto: Andrés Cabrera
Era un inmenso Carnotaurus - casi primo hermano del temible Tiranosaurio Rex - la réplica tenía aproximadamente 5 mt. de altura. A su costado estaba el pequeño pero temible carroñero Velociraptor y en la habitación contigua se encontraba uno de mis dinosaurios favoritos, el Titanosaurus en tamaño real. Este dinosaurio era el famoso cuello largo herbívoro de las películas. Quise quedarme ahí por varias horas, sin embargo debía continuar mi recorrido.
Después de este momento muy especial, continúe por las demás salas de exposición. La siguiente era la de Ornitología donde había 400 especies de aves disecadas que habitan en el Perú. Pasando a la siguiente, entré a la de Ictiología, es decir donde se encontraban los peces. En ella puede apreciar al famoso pez espada y al gran pez sol; entre otros. Luego, en la sala de Herpetología, dedicada a los anfibios y reptiles, contemplé la magnitud de una anaconda disecada entre otras diversas especies: lagartos, serpientes, tortugas, caimanes, etc. Fue impresionante verlos tan de cerca.
Luego ingrese a otra área dedicada a los mamíferos donde había un oso andino único en su tipo, otorongos, puma, zorro andino, entre otros. Más adelante aprecie el fósil del famoso tigre colmillos de sable y los restos del mega depredador cinco veces más grande que una ballena, el Livyatan Melvillei, que habito el mar peruano hace 10 millones de años.
El museo fue fundado el 28 de febrero de 1918 luego de una sesión extraordinaria realizada por el Consejo de Ciencias de la UNNSM. Esta extraordinaria y pionera obra realizada por Rospigliosi fue catalogada por el gran y reconocido poeta José Santos Chocano de la siguiente manera: "Este museo es el ritmo científico que podría engendrar el poema de un Lucrecio nacional. Quien ha organizado este museo merece el aplauso de la ciencia y el homenaje de la Poesía..."
Foto: Andrés Cabrera
Continuando con el recorrido por los exteriores del museo aprecie la sala de Mineralogía donde se puede comprender de manera más fácil la formación del universo a través de las rocas, minerales, fósiles y meteoritos. Al finalizar el recorrido llegue a toparme con un Caimán gigante en medio del camino. Era el terrible Purusaurus, que habitó por la amazonia peruana 12 millones de años atrás. Medía 12 metros de longitud y pesaba aproximadamente 15 toneladas. Era realmente un monstruo. Recuerdo haberle tomado más de 20 fotos a esta monumental réplica.
El tiempo transcurrido ha servido para que este museo mejore y aumente las colecciones de Botánica, Paleontología, Zoología y Geología llegando a contar con 1.750.000 ejemplares para el estudio y conocimiento de todos. Ello permite que en la actualidad se elaboren importantes estudios y actividades científicas que permitan la formación de nuevos recursos humanos en ciencias, los cuales son realizados por personal especializado y estudiantes universitarios.
Foto: Andrés Cabrera
Apenado por el tiempo que pasó muy rápido, tuve que retirarme del museo a cumplir otras actividades. No obstante, me hice el propósito de regresar teniendo mayor disponibilidad de tiempo para ver con más detenimiento cada una de las exposiciones perennes de este lugar. Es un lugar que recomiendo visitar cuando estemos cerca del centro de Lima, exactamente en la Av. Arenales 1256, en el distrito de Jesús María, les aseguro que no se arrepentirán.
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